Mariposa Azul
Una mañana de invierno, en el patio de casa encontré
una mariposa azul en silencio, oscura, tiesa.
En el mismo instante vino a mi memoria la avioneta
fumigadora, que vi de niño en un campo de algodón, caída de costado, con una de
sus alas al aire, igual que la mariposa.
Es el final de los tiempos de cada uno, como si
fuera un cabo de vela derramando sus últimos espelmas, mientras la candela
titubea hasta apagarse y dejar una finita estela de humo.
Era una anciana mariposa morpho azul de cuerpo debilitado
por la vida y, quien sabe, con pensamiento desunido, como corresponde al mal
vivir en ambientes de falta de oportunidades y desigualdades.
Quizá, en la metamorfosis de su vida, tuvo una
infancia feliz en sus estados de huevo y oruga.
Tal vez, en su rebelde juventud como crisálida, tuvo
la ocasión desperdiciada de comprender su evolución, pero no llegó a asumir la
responsabilidad de su propia auto elaboración.
Pensé, al verla tendida sin aliento, que el
deterioro fue resultado de la desunión de sus partes o la poca conciencia de su
todo.
La belleza de vida individual del ala grande,
frente a la belleza de la muerte de la otra ala y de su cuerpo, me hizo suponer
que la presencia de la muerte era el vivo retrato del nosotros abatido.
Ese nosotros no pudo controlar el individualismo del
ala grande. Un ala que no llegó a comprender la auto construcción de la especie y, acaso, en su delirio de grandeza que, sin sentido llamó amor
propio, nunca esperó la anticipación de la muerte de la mariposa como un
todo.
Martín Mendo
Pachacámac, agosto 2022
Imágenes Google: Mariposas. Wiki
Comentarios
Publicar un comentario