La línea correcta



La línea correcta

Dos amigos cargaron con todo el peso del mundo en las últimas discusiones políticas que tuvieron.

La convicción de cuadros de vanguardia responsable no había cambiado desde los años sesenta del siglo pasado.

Las mismas consignas, frases selectas, libros clásicos, pipas,…la misma línea correcta mantenía incólume las tradiciones políticas de las conciencias más avanzadas del pueblo.

En la actualidad, modernizados en el uso de las redes sociales, escribían sus artículos o dejaban expuestas las ideas que tenían mediante la publicación de post de diversos estudiosos de la realidad.

Las raíces de las discrepancias subieron como las puntas de icebergs ideológicos y posiblemente se remontan al inicio de los tiempos en los cuales, como amigos de barrio, discutían sobre la cuadratura del círculo o del filo de la punta de acero de los trompos que sometían a la competencia dura en la que se jugaban la vida y el honor.

En la primaria y la secundaria vivieron entre himnos escolares y cantos a la primavera.

Después la vida les permitió juntarse en la mejor universidad pública que garantizaba la salida de buenos cuadros políticos de entonces.

Luego vinieron el trabajo, la familia, las necesidades y las luchas políticas adecuadas a las necesidades de sus vidas con nuevas expectativas.

En el camino se incendió la pradera cuando se atacaron mutuamente de ser vergonzosos militantes de la realpolitik, anclados en tierra baldía sin utopías.

Hasta ahora no se hablan ni se miran y evitan los encuentros porque se sienten heridos de muerte por la infamia.

Con las entrañas abiertas, sin recordar que cada uno, a su manera quiso darle fundamento al cambio de rumbo que las nuevas realidades les exigía.

Los amigos, cada uno por su lado, más solitarios que nunca, eventualmente participan en cenáculos diferentes donde se conversa animados por el recuerdo y la supuesta vigencia de la línea correcta, ahora  aggiornada religiosamente para enfrentar la  complicada contradicción entre reforma y revolución o entre el determinismo cultural y el económico.

Mientras tanto, “con talante democrático” la guerra entre los dinosaurios de la vieja política conservadora ha dejado varios muertos entre la gente del pueblo, sobre todo después del último destape de la corrupción producida entre los pliegues  infectados del poder más oscuro otorgado por el  capitalismo.

Martín Mendo
Pachacámac, setiembre 2018

Imágenes Google: pinteret.com

Comentarios

Entradas populares de este blog