Cotidianas


VIII
Articulaciones

Daniel despertó un día con ganas de cambiar el mundo.  Pensó que Lavoisier, el científico francés, se había equivocado y tenía que corregirlo.

Coincidía con el científico que la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma, pero sentía que a esa famosa frase le faltaba algo.

Su inquietud le soplaba al oído que la materia tenía la cualidad de ser indivisible, por eso corrigió la frase de la siguiente manera: La materia no se crea ni se destruye, tampoco se divide, solo se transforma.

Su razonamiento había comenzado en su último sueño, en el que estuvo reunido con un grupo de científicos antiguos, calvos, con batas blancas y que anticipaban sus ojos con lentes que apaciguan la miopía. El les explicaba:

-        La materia es indivisible aún cuando pareciera  divisible como un pan partido en dos. Los últimos descubrimientos –les decía- han demostrado que existen separaciones entre átomos de cada cosa o ser vivo. Los humanos, por ejemplo, además estar compuestos por más del 70 por ciento de líquido y 30 por ciento de materia sólida, tenemos átomos que se mantienen a cierta distancia, unos de otros, pero  en realidad no están separados, si se tiene en cuenta que la energía que los une es parte de la materia.

Pero sus reflexiones  fueron más allá en la medida que veía a los científicos atentos a lo que decía:

-        Si analizamos solo a la especie humana podemos decir que esta especie es indivisible. Los hombres somos como nuestros átomos. Parecemos individuos sueltos pero que en realidad formamos parte de una familia, de una comunidad, de una especie. Cada uno tiene dos ojos, dos brazos, dos pies, pero un solo corazón que tiene que aliarse con otro individuo y así convertirse en nosotros. La estrategia de la naturaleza está en habernos dotado de articulaciones, que son los puntos de contacto más importantes e iniciales entre individuos de la especie. Darse la mano a manera de saludo,  de cariño o de apoyo no es más que una manifestación de lo indivisible. Nos juntamos por las articulaciones metacarpianas, en este caso. Igual sucede con los besos, abrazos y relaciones sexuales que tenemos. Es acercarse más entre dos personas que son indivisibles….

Daniel se dio cuenta que los científicos ya no estaban a su lado y pensó que  motivados por sus axiomas se fueron, sin perder el tiempo, a seguir con sus investigaciones acerca del  ser y de la nada.

Sus labios se juntaron. El silencio lo invadió mansamente y sus ojos se abrieron en un despertar luminoso frente a la alta ventana de su blanca habitación, por la que asomaban las flores de una buganvilia roja y los nuevos brotes de hojas que nacían de las articulaciones de la planta.



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