Una sola vida
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Los otros Hemos escuchado en nuestro ronco radio transistor Philips que hoy el Washington Post destaca la noticia de que el Covid-19 ataca a uno y no a otros. En función del tipo de sangre y de otros elementos, el virus de modo inteligente dirige su hambre a unos y no a otros. En casa nos reímos de contentos con ese argumento, imaginando que nosotros reunimos esas características biológicas de ser los otros. Ya llevamos 100 días de aislamiento social con mis padres de 102 y 98 años. Mi madre es la mayor y yo el menor, con 83 años recién cumplidos en aislamiento. No hemos salido para nada, ni siquiera para recibir la anunciada canasta de la municipalidad, que no sabemos si la han repartido. Contamos con un almacén de víveres que abastecimos sin saber que llegaba la peste. En el patio trasero hemos sembrado hortalizas, en el fondo tenemos un gallinero y en el centro hay un viejo árbol de naranjas de mesa, cuyo nombre le viene a pelo porque las naranjas maduras caen sobre la mesa
Trashumancia Debemos levantar la carpa Juntar las flechas Los cueros Arcos Pedernales Pasos caminados Mis manos ya no sirven Donde todo es conocido Mi corazón escapa Del filo de una navaja Se acabó la caza libre en Una eterna primavera de Aburridas rutinas Vanas creencias Incendios de bosques Oscuridades de cuevas Vamos a los campos vacíos A reinventarnos con pasión en Las lluvias frescas Sementeras verdes Flores y abejas Los cielos abiertos Se agotó el sedentarismo En la ciudad muerta por Las pestes negras Codicias de cornucopia Violencias del poder Hipocresías santurronas La naturaleza despierta Con ganas de recuperación A reclamar su derecho A la defensa propia Con paciencia de Job Martín Mendo Pachacámac, Lima, junio 2020 Imágenes Google:nodalcultura.am