Celebración de lo absurdo
La
realidad tiene dos caras como todas las cosas: Una visible, de autobombos de virginidades
propias y democracias hambrientas; otra, invisible y escondida, con esencia pura
de insensateces, de desastres sociales que huelen a protesta contra los
delirios de la codicia humana.
Ambas
caras existen conviviendo con la mirada romántica y apaciguada de la gente desprevenida
que les gusta el fútbol como fuente de realizaciones humanas y adoran los meme-poemas
cada vez más pequeños para la fácil lectura, llenos de miel y de sensibilidades
egoístas, con reducidas expectativas de la historia y del futuro.
A
tono con los tiempos, para el futbol los desprevenidos salen de las cuevas de
sus soledades a ser espectadores activos, para la poesía se encierran en sí
mismos y viven sus desgarros y martirologios en busca de los bálsamos de
mercancías espirituales, con gotas falsificadas de filosofía de oriente y mares
de bendiciones.
Con
piel hecha jirones por la victimización se parecen más a los políticos de cuellos duros, que tiran la primera piedra
desde la prensa de siempre, como parte del inicio de su propia beatificación.
En
estas condiciones el país camina al primer mundo, como dijo un estadista del
tercer mundo en su intento de satisfacer sus ansiedades narcisistas durante sus
gobiernos que han quitado el pan de la boca de la gente común, escudado en la
imagen del Cristo de Odebrecht que mira sin sentido las aguas tranquilas del océano.
Así
vivimos una fría tarde de invierno, con el nuevo aliento de la moralidad
alegórica de la edad media, que sigue viva en la moderna colonia a pesar de los
intentos del teatro de Ionesco de desmitificar sus falsedades y pintarlas del
color de lo absurdo.
Nosotros
callamos ubicados en la tabla de salvación del náufrago, con vida solo para dar
rienda suelta a los instintos en el escenario a los grandes actores del teatro
de la vida, en los que ellos se dan de palos unos a otros convirtiendo la selva
en el más grande absurdo, a pesar que ya reventaron los chupos.
Martín Mendo
Pachacámac, 24 de Junio
2018
Imágenes Google:
artmajeur.com
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