Crónica de extinción de zombis
Después de cinco años
Aparecieron los zombis
Con más fuerza que en lustros anteriores.

Damián, el colosal, afectado por la indiferencia de los números, ataca a los otros grupos de zombis que le llevan la delantera, sin darse cuenta de la convocatoria de chamanes que han hecho los olvidados de la alianza de su propiedad, para limpiarse de sus malas vibras.

El esfuerzo inicial de los rezos y exhortaciones ha sido inútil a pesar de estar juntos en las celebraciones vistosas de las fraternidades.

Hasta que encontraron la fórmula en ellos mismos.

La estrategia a seguir tiene tres pasos:

Primero, mostrar indiferencia  a los cantos de sirena de Damián.

Segundo, deshacer el séquito de zombis que salen, a pedido de la televisión, hablando de dios y las buenas costumbres, disfrazados con máscaras de moralinas celestiales.

Tercero: dejar el asunto a cargo de la soledad, que se encargará de limpiar los últimos vestigios de la barbarie y sus suciedades.

Por lo menos ese es el plan clandestino, que Damián perdido en sus laberintos, ni se imagina porque está concentrado en las mañas y retóricas medioevales que apura para ser el rey de los zombis en los próximos cinco años.

En tanto
El gesto disimulado del desdén
Viene alcanzado resultados.

Los otros grupos de zombis se alegran y ríen por la desgracia ajena. La sangre coagulada que tienen en la comisura de los labios delata los íntimos festejos por la caída de Damián.

En medio de la embriaguez no se dan cuenta que una brisa sanadora va entrando lentamente en los pulmones de la gente.

La era de extinción de los zombis ha comenzado
Sin meteoritos
Sin fuegos pirotécnicos
Sin bombos ni platillos
Apenas acompañada por la mano reparadora del tiempo
Como suele suceder en todos los lugares del mundo.

Martín Mendo
Pachacámac, Febrero 2016

Imágenes Google: evaristocultural.com.ar


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