Simple anécdota
En el país de las modernidades salvajes se ha renovado la costumbre de los notables de oficio para tener bolsillos con dinero público y gastar en lugares públicos por asuntos privados. A modo de excepción, el día
menos esperado saltó la liebre y los notables fueron acusados de mal uso del
dinero de todos. Las flechas volaron al encuentro de los cuerpos de acusados y
acusadores. Los representantes acusados mueven sus hilos con agilidad y
responden preguntas a los periodistas mágicos, para demostrar sus inocencias.
En improvisadas conferencias de prensa exponen sus caras de circunstancias, sus
narices respingadas y sus modosas formas de hablar de la democracia y de las
buenas costumbres. No existen delitos -opinan- porque han viajado a provincias,
responsablemente, a rendir cuentas a la
gente que representan. La festiva asistencia a eventos públicos, en los que han
sido cogidos por la mirada pública, tiene carácter privado. Pero en el mismo
lugar, oh coincidencia, solo aprovecharon la oportunidad, durante las horas no laborables, para asistir a los eventos
preelectorales con dinero público. Algunos de ellos dicen que no existe falta,
ni delito, ni infracción ética ni administrativa; a lo mucho, un pecadillo
político venial. Otros notables, agazapados y en silencio, esconden sus rabos
de paja. Los periodistas, últimamente dedicados a la filosofía por ausencia de
filósofos, argumentan que la acusación, frente a la que no se oponen, solo es una
simple anécdota que se usa como cortina de humo ideada para evitar discutir
problemas mayores que comprometen la decencia en país. Mientras tanto, los mismos
de siempre, los de abajo, pagan el pato y no se dan cuenta. Por el clima de
ausencias los huaicos y los calores de otoño, aunque no les corresponde, muestran
sus indignaciones para llenar el vacío del silencio. Los notables continúan
orondos con su nariz respingada en espera del voto de las próximas elecciones. Frente
a la simple anécdota, la señora historia se llena de rubor y el señor tiempo
pierde la memoria invadido de vejez.
Martín
Mendo
Mayo
2015
Crónicas
del presente
Imágenes
Google: epistolariosegunmagdalena.blogspot.com
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