Interpretación crítica
del despertar del
ángel celestial
El
ángel celestial despertó de un intenso sueño, con fastidio y sin ganas de hacer
nada. En verdad no dormía porque el despertar al que alude este relato se refiere a la salida
intempestiva del profundo ensimismamiento al que está acostumbrado cuando medita.
Ese
admirable ensimismamiento… de oraciones e inciensos,…de hábitos placenteros infinitos,
a los cuales también está acostumbrada, a su manera, la pequeña cofradía de
ángeles terrenales que, con agendas de gobernabilidad total, felizmente
finitas, pasa los días vigilando su territorio, haciendo gala de habilidades de
sobrevivencia mejor que otros animales del reino.
En
realidad el fastidio del ángel celestial aconteció por dos razones:
La
primera y principal es por haber sido obligado a dejar el sueño en que respira
el perfume de sus largas alas blancas, de la estética de sus vestimentas de
sedas claras y de su iluminado aura…, radiante de luz.
La
segunda es por la interrupción del gozo que experimenta, casi en un cien por
ciento de su eterno tiempo, al pensar magistralmente que es parte del ejército
celestial liderado por el arcángel Miguel, el elegido, el de mayor confianza de
la autoridad.
Estos
son los hechos, sin embargo, los ángeles terrenales de la pequeña cofradía, especialistas
en ángeles celestiales, dicen saber los motivos verdaderos, que divulgan por
todos los medios de difusión a su alcance:
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El ángel del cielo despertó, alertado por
su sentido de seguridad, y ha visto caminar por las calles aledañas a los demonios ladrones (y dueños de todos los pecados asociados).
Incluso
argumentan con cara de Eureka de Arquímides:
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Todos los ángeles del cielo que se respetan
presuntamente saben que tienen que desconfiar porque “el demonio es el demonio”.
Lo saben por experiencia propia, aunque ocultan su realidad, como la otra cara
de la luna: Tienen dentro de sí a un demonio de huésped. De fuente confiable nos
informan que los ángeles celestiales, por si no saben, carecen de ángeles de la
guarda y, por el contrario, tienen demonios celestiales creados exprofeso con
el fin de cumplir mejor el papel de ángel de la guarda de la inmensa cantidad
de gente, cuidándolos de sus demonios terrenales.
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Los últimos datos recogidos por nuestra
unidad de investigación han confirmado que, de vez en cuando, los ángeles
celestiales se hacen clandestinos detrás de las nubes, para limpiarse el aura,
el vestido y las alas, acompañados de un
chamán que les echa agua bendita con la boca, mientras les pasa ruda por el
cuerpo desnudo.
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Pero es en vano… porque sus demonios celestiales
tienen cara de ángel y sentimientos zalameros de ave de paraíso que con solo batir
sus alas sacuden los polvos del tiempo y, luego del apareamiento, come y bebe con
gula para calmar el hambre y la sed como en la mejor de las picanterías
peruanas.
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El problema del ángel, igual que don
quijote, es que no tiene conciencia de sus propias agonías y, en vez de pensar
con sosiego del oficio que tiene, opta por echar la culpa al otro de sus
propias incomprensiones.
De
este modo la libertad de expresión, la democracia y la belleza, bienes
preciosos e incomparables de occidente, quedan registradas en los archivos santos,
como reserva moral del reino.
La
gente común se disipa luego de las
grandes marchas de protesta porque tiene a su alcance la libertad masiva de
consumir la información del estado actual del cielo como si fuera un manjar de
dioses tutelares.
Martín Mendo
Enero 2015
Imagen Google: artelista.com
Leí tu trabajo. Muy interesante el paralelo entre el mundo de los ángeles y la realidad, especialmente en lo referente al estado de la libertad de expresión. Me llamó la atención la reflexión, sobre quién cuida a los ángeles….. La forma ha sido muy bien trabajada. Sutilmente irónica, pero bella y poética en el manejo del lenguaje. Mis felicitaciones Manolo.
ResponderEliminarConstanza Chauca