Cotidianas



Dunas


Tienes un territorio extenso con alambradas inexpugnables en algunas partes prohibidas. Solo alcanzo a caminar sin rumbo fijo por la llanura, entre los bronces dibujados por  las brisas calientes de lo que antes se llamaba invierno. Mis dedos son bastones en los cuales me apoyo para recorrer a tientas tus pisos ecológicos, en un mediodía con rostro de sobrevivencia. Las dunas abundantes en tu territorio son cautivadoras y peligrosas porque embriagado por los aromas del bosque cercano puedo perder equilibrio y desbarrancarme... El embrujo y la sed de la caminata me hacen ir en busca del oasis perdido. 


Moneda

El vuelo inesperado de los gestos ha perdido el compás del corazón y las razones. ¿Dónde está el rostro en el que se guardaron los besos? ¿Dónde ha ido la quietud de tu mirada? ¿Dónde están tus labios encendidos de ganas? Han aparecido rejas y alambradas en tus ojos. Guardianes uniformados de casas deshabitadas. Ahora solo queda un vago recuerdo frente a la próspera sensación de la distancia. Por las calles vacías deambulan las cenizas de mi ave fénix en busca de una esquina acogedora, de nombres propios en pleno delirio por sus letras canceladas, de algunos libros incunables perdidos en uno de los tanto naufragios, de la ruta de la historia sin norte específico, de la moneda habitual de cara y sello que rueda por la única vereda de un pueblo sin destino.

 Martín Mendo, Marzo 2014

Comentarios

Entradas populares de este blog