¿Mío?
Cuando digo, por ejemplo,
Mi país,
Mi gente,
Mi música,
Mi compañera,
No hablo con sentido propietario sino más
bien con sentido de pertenencia. Sin mi país, mi gente, mi música, mi
compañera, no sería yo -individuo de un conjunto de individuos-, el que estaría
escribiendo en mi mesa de pino y mi papel ajado, con mi lapicero movistar de
propaganda y mis circunstanciales ganas.
En cambio, cuando digo, por ejemplo,
Mi mesa,
Mi lapicero,
Mi papel,
Hablo con el mismo sentido propietario
original, utilizado desde hace miles de años, desde cuando los dueños se
inventaron a su imagen y semejanza.
Sin embargo, cuando digo mis ganas -puentes
colgantes de los caminos del Inca, entre mi yo circunscrito y mi yo común
incluido-, hablo de
Las penas y alegrías de mi heterogéneo país,
El caleidoscopio de mi gente,
Los instrumentos musicales que no toco,
Mi compañera que extiende sus sensibilidades
Más allá de lo suyo hasta el infinito.
Martín Mendo, dic.2013
Comentarios
Publicar un comentario