Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2013

ZOOMANOS

Imagen
1 Ojos que ven, corazón que siente Las moscas, de ojos compuestos, ven al mismo tiempo su pasado, presente y futuro, aunque no siempre fue así. Antes, como otros animales domésticos citadinos, solo veían el presente y podían recordar el pasado e imaginar el futuro. Todo comenzó, luego de la profunda crisis y la secuela de mutaciones sociales producidas en la gran ciudad. La saturación de avisos comerciales, de héroes en la televisión, en la economía y la política; de asaltos y matanzas en las calles, predecía el advenimiento de la catástrofe final. En busca de cobijo, enjambres de moscas tuvieron que dejar a los mejores basureros de la ciudad en busca de una nueva tierra prometida. Familias extensas volaron  kilómetros sobre la autopista del sur, como las plagas de las leyendas bíblicas. Hasta que por fin llegaron a los extramuros donde, a duras penas, habitaban otros seres vivientes en medio de una tierra baldía, alejada de los ruidos que se apagaban en la ciudad
Imagen
¿Mío? Cuando digo, por ejemplo, Mi país, Mi gente, Mi música, Mi compañera, No hablo con sentido propietario sino más bien con sentido de pertenencia. Sin mi país, mi gente, mi música, mi compañera, no sería yo -individuo de un conjunto de individuos-, el que estaría escribiendo en mi mesa de pino y mi papel ajado, con mi lapicero movistar de propaganda y mis circunstanciales ganas. En cambio, cuando digo, por ejemplo, Mi mesa, Mi lapicero, Mi papel, Hablo con el mismo sentido propietario original, utilizado desde hace miles de años, desde cuando los dueños se inventaron a su imagen y semejanza. Sin embargo, cuando digo mis ganas -puentes colgantes de los caminos del Inca, entre mi yo circunscrito y mi yo común incluido-, hablo de  Las penas y alegrías de mi heterogéneo país, El caleidoscopio de mi gente, Los instrumentos musicales que no toco, Mi compañera que extiende sus sensibilidades Más allá de lo suyo hasta el infinito.   Penúltima