Ventanas |
Las ventanas son anteojos cristalinos
A través de los cuales pasan los ríos caudalosos de la vida
Mientras el colibrí te observa como a un geranio en primavera.
El universo es la más grande ventana
De la presencia en el espejo de las inmensidades.
Fuera de sus múltiples
espacios y tiempos nada existe y
La inexistencia es una leve contradicción infinita.
Las aguas también son ventanas.
Bajo la superficie de mares intestinos apenas logras ver
El buceo de la luz
en busca de los fondos
Para descifrar la
oscuridad profunda.
Cuando miras las alturas desde el humus del bosque,
Los ápices de los
árboles se abren
Para ofrecerte las
corolas iluminadas del día.
La grandiosa ventana estrellada de las noches con luceros
trashumantes
Recibe el abrazo
nocturno de las cordilleras.
Las casas, los altos edificios, los automóviles, los trenes, te confiesan
al oído que dentro de ellos hay gente con narices y ventanas.
El fisgón le da forma de ventanas al agujero de las cerraduras.
El poder convierte en ventanas a la televisión y otros medios
con fines reproductivos. Por las ventanas sientes que eres parte de la
naturaleza y, por las mismas, marioneta del libre mercado. Los cínicos y mentirosos tienen ventanas de ida pero
ninguna de vuelta. Por las ventanas pasan las melodías de las antiguas
serenatas batiendo sus alas y la vida familiar haciéndose pública.
¿Quién no tiene ventanas? A los ciegos les faltan las ventanas
de sus ojos pero tienen las ventanas de sus otros sentidos y contrasentidos.
Los pellejudos carecen de piel sensible porque han cerrado sus
ventanas a los golpes y apenas abren sus poros clandestinos.
En tu caso, las ventanas de tu amor me miran y cobijan en los
humedales de tus ventanas recónditas. Esas son las ventanas eternas que al fin he encontrado.
El instante de tu ventana abierta de par en par,
Contra todas las teorías y los deberes,
Tiene su tiempo absoluto y su espacio intocable.
En esas ventanas,
Amor,
La relatividad se extingue.
MM
Profunda |
La profundidad de las cosas está en la superficie
de tus mares intensos y
En las olas de tu piel acariciada y
En la brisa queda cuando dices te quiero.
Está en la trayectoria de tu mirada
Orientada
hacia las honduras de las elevaciones de la existencia
Un
poco más allá del misterio ansioso por alguna revelación.
La profundidad vive en la constancia de la sonrisa
que me ofreces
Cual
brisa fresca sobre una piel dorada sin querer
En
el momento menos esperado de las vicisitudes
Está en la cabeza de montaña, en la cola de ratón y
en el estallido político
En la misma dimensión de la profundidad
De tus
velos de pudor,
Del
retorno de tus gestos y
De las
sabidurías de tus inseguridades,
Vida
mía.
MM
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