PazdelosSueños
Martín Mendo
Martín Mendo
Acta
del Jurado de Literatura
SIENDO
LAS 6.18 de la tarde del día 18 de setiembre de 1981 y por acuerdo del Jurado
de Literatura para el I Concurso
artístico popular “Jornada 19 de Julio” integrado
por: Antonio Cornejo Polar, Esther Castañeda, Rosina Valcárcel, Enrique Verástegui
y Santiago Zapata; se decidió lo siguientes:
En el género de poesía resolvió otorgar por unanimidad el premio a las dos mejores obras: Paz de los Sueños, de Martín Mendo, seudónimo que corresponde a Manuel Martínez Mendoza y a Sobre puentes y ríos, de Virgilio, seudónimo correspondiente a Oscar Francisco Araujo Léon.
Entre tú y el
horizonte
Mi palabra está
primitiva como la lluvia
O como los himnos
Carlos Oquendo de Amat
Martín
Mendo, Manuel Martínez Mendoza, nació en Cañete
en 1946. Desde muy joven asume una actitud crítica frente a la sociedad,
al mismo tiempo que empieza a germinar y desarrollar su interés por la poesía.
Lecturas de Alejandro Romualdo, Rafael Alberti, Nazim Hikmet, influirán
fundamentalmente en el campo de la creación.
En
su trabajo poético, tanto a nivel formal como de contenido, asume siempre una preocupación
por la comunicación, en tal sentido afirma que: “la poesía debe contribuir a modificar la realidad”, “porque hacer
poesía es una forma de vivir el presente pensando en el futuro”.
La
diversidad de estilos y temas de Paz de
los Sueños, producto de búsquedas personales, muestran la destreza y
autenticidad del poeta.
Con
el poemario Vida y Pasión de la Tortuga
ganó el concurso “5 de Setiembre”, convocado por el Sindicato de Trabajadores
del Ministerio de Educación, Sede Central –SITME-SC, en 1981.
I
Recelo
Paz
Me
aturde
Tu
silencio
Y tus
gorjeos
Porque sé Paz
A ciencia cierta me aturde
Que
algo escondes tu silencio
Entre las alas y tus
gorjeos
Paloma
porque sé
Nada a
ciencia cierta
Parecido al trigo que algo escondes
De tu pico
entre las alas
Paloma
Nada
Parecido al trigo
De tu
pico
Transparencia
Tienes
Ojos de paloma
Abrazo de ansia
Mirada de búho
Pies de viejo
Cuarentaiún defectos
Piel de cristal
Lágrimas de sangre
Dos cualidades solas
Palabra de brisa
Carne de mortero
Suspiros de ayer
Fantasías de miel
Olfato de cazador
Entrega de cornucopia
Rayas de tigre
Penas de deudo
Tienes
La utopía se acerca lenta
Nuestros hijos crecen como una planta en
un jardín
Nuestras hijas son dos columnas labradas
Que
sustentan el templo
Nuestros graneros están llenos
Repletos de toda clase de alimentos
No
hay maldiciones que lastimen las carne
Ni
perjuros que alimentan cadalsos
Nuestras vacas quedan preñadas
Sin tener cría antes de tiempo
Para
los niños los cuentos siguen siendo cuentos
No hay gritos de alarma en nuestras calles
Dios
es una palabra descifrada por la gente
Que sigue luchando a diario
Nuestra
vieja venda ya no existe más
A-histórica
para taparnos los ojos crédulos
Es la
utopía que se acerca en brisa de fuego
Como un dios-demonio en
tierra ajena
(Las
cursivas pertenecen al Libro de los Salmos)
Peregrina
Peregrina rauda
Estacionada ave
Y duele el vuelo
De tu cuerpo lejos
Tan entero
Vívido y sangre
Como existe luz
No hice clima
De pájaros y bosques
Para detener tu vuelo
Ni pude tampoco
Estirar mis dedos
Atrapar tus alas
Y escanciar el tiempo
¡Te dejé ir!
Porque tú mi amiga
Tan entera
Tan vívida
Tan sangre
Te sabes necesaria
Así vayas a tierras extrañas
Y yo quede dormido
Con el rostro enjuto
Y la idea ausente
Papi,
llegó la paz
¡Cómo pasan los años!
¡Quién se diera cuenta!
Ahora
Ya lees los periódicos
Que tomas para curiosear el
mundo
Con tu mirada de niña
Pero hoy domingo
Justamente
Tus años rosados
Tuvieron la alegría
‘Vaya risa
De encontrar la noticia
De la caída de un tirano
De un país que no conoces
Las
playas de mi país
Amo las playas de mi país
Sobre todo en invierno cuando
se quedan
Solas
Cubiertas de frío oscuro y de
bruma blanca
Las amo porque las siento
vivas
Como si me sacudiera el polvo
Después de una caída en el
verano
Y acariciara mis arenas sin
dejar rastro de
Heridas
Los carreteros vuelven a las
playas
- al amanecer- en manadas
cárdenas
Con la alegría de la tierra
rescatada
Los mariscos abrigan las
peñas
Que tiemblan húmedas en las
orillas
Las gaviotas picotean la
arena o vuelan
En una sinfonía de cantos
espaciados
El rumor de las olas al
romperse en las rocas
Hace alma de la brisa
marinera
Y los pescadores de las
playas que yo amo
Esperan con paciencia que los
peces tiren
Los anzuelos que flotan casi
dormidos
Vocación
de paz
Hablar de paz así como tú lo
haces
Remueve los sueños del fondo
Porque en tus labios
Ella se convierte en una
palabra fría
Y tú sabes que las palabras
así
Pierden su importancia
Como cuando se habla de Dios
Y de otros sentimientos
absolutos
Para explicar las lluvias
La paz “mi querido amigo”
-Pontifico igual a manera de
protesta-
Debes argumentarla en la
realidad
Y no en los deseos que ya
tienen dueños
Verás entonces en medio de
las guerras
Y la violencia infinita de
este mundo
Una paz verdadera
Más humana
Que encierra como todas las
cosas
Un estado de conflicto en
movimiento
O si no
Levanta la mano y di
“yo conozco la paz”
“yo vivo en paz”
Con la blancura de las ideas
ciertas
¿Podrá ser?
Ayer nomás “mi querido señor”
Tú que hablas de paz en la
televisión
Te engulliste ocho obreros en
huelga
En nombre de una paz
Que en nada nos conviene
II
Entre
Nos
Me
bastas
A las huancas y el río Mantaro
Amor
Me gusta tu sonrisa chúcara
Tus manos ajadas
Que no conocen sustitutos
eléctricos
Me gusta tu flor de plástico
sobre la mesa
Y el mantel de hule de varios
colores
Tu rostro sin pinturas
Abierto como un templo de
ideas infinitas
Todo en ti me gusta
Eres el movimiento silencioso
De los perseguidos
manantiales
Todo en ti es exactamente
humano
Porque el tiempo no ha desviado
el curso
Y te ha hecho persona cierta
antes que supuesta
Tu pelo desteñido por el sol
No tiene ni una cana de
pesares
Me gusta tu paso encabritado
Viviente
Que hace siempre caminos
propios
En tu trabajo diario
¿Te acuerdas el día en que
sobre
Las piedras de la playa
conversamos?
Esa ingenuidad me gusta
Como me gusta el murmullo de
los sauces
Amor
La ciudad no te ha vaciado
La limpieza en la mirada
Por eso me gustas tanto
Con esa sencillez tan escasa
en otras gentes
Ayer te regalé un perfume de
hierbas orientales
Y tú reíste hasta mover las
telarañas de la calle
Preguntaste si yo necesitaba
el artificio
Para poder estar contigo como
siempre
Yo no tuve palabra de
vergüenza
Y solo te abracé más tierno
que otras veces
Hasta que recién hoy pensando
las cosas
Te confieso que me gusta tu
sonrisa
Tus manos
Tus cabellos horquillados y
Tu vientre blando por los
hijos que tuvimos
Sin
murallas
Abre la puerta mujer
Así el frío apriete
Y deja pasar las miradas
curiosas
Junto con el polvo buscando
los muebles
No importa
Más tarde barreremos la
vereda
Regaremos la tierra con la
manguera azul
Mañana un árbol crecerá con
buena sombra
Y ramas con cantos de pájaros
al amanecer
Abre nomás la puerta
Así haga frío
Te aseguro que nadie entrará
a dejar sus hilachas
Si con los brazos abiertos
esperamos
Alguien que nos traiga una
mirada limpia
Identidad
Te
ruego padre
No
dejes tus alforjas por el qué dirán de tus hijos
Tienes
que seguir como te hemos visto de pequeños
Amo
de un universo particularmente tuyo
Dueño
absoluto de tus libertades
Ten
en cuenta que una generación no desaparece a otra
Solo
la recrea en busca de sus propias autenticidades
La
autenticidad es un vaso de cristal
En
peligro permanente de quebrarse con un roce
¿O
con una mirada?
Por
eso padre
Sigue
acariciando tu enorme cajón de sastre
Y
moldea tus ilusiones con manos frías y sensitivas
Nadie
te dirá nada
Nadie
explicará los pecados porque ellos no existen
Sigue
igual pensando en “si me sacara la lotería”
Aún
cuando no compres el ticket
Tus
ilusiones valen doblemente
Porque
son esperanzas comunes de la gente
Los
bienes materiales son insuficientes
Sobre
todo si tus anhelos se cuecen como habas
En
espera de los días caídos como maná del cielo
Sigue
padre como en aquellos tiempos
En que
sentado al borde de mi colchón de paja
Después
de regresar a altas horas de la noche
Me
decías que éramos amigos
Ahora
que los tiempos han cambiado un largo trecho
Rociemos
esa ilusión por todos lados
Dadivosamente
Sobre
nuestros queridos lugares comunes
Yo te
acompaño padre
Poniendo
quizás unas gotas rojas y verdes como anzuelos
A la
pesca de un anhelo corpóreo
Como
el pan de las mesas cotidianas
Poética
¿Cómo hacer un poema Javier
Ex corpóreo
En busca de un cielo
Que no tenga como referencia
Un inmediato terreno?
Es difícil el deseo
El simple deseo
De construir un poema puro
Si encuentras
Un labriego
Que siembre en el aire
Una sola hortaliza
Avísame
Porque a partir de eso
Tendré que revisar mis ideas
Quizá después
Deje mi realidad inquieta
Y me vaya contigo
En la búsqueda continua
del cielo
III
La
luz de los mortales
Ahora
salimos a las calles
Nos hemos levantado
Esta madrugada
Abiertas las pupilas
Como hogareñas ventanas
Hay que aprovechar la luz
Ayer
Preferimos por mientras
Que la brisa
Distraiga la epidermis
El cuerpo
Felizmente
Ya no mira los días tristes
Y el sol quema curativo
Dejamos las penas
Encerradas en los osarios
En la espalda nuestra
Oculta
Ahora salimos a las calles
Con ganas de vivir las
lluvias
Y la timidez de las estrellas
Así como a escuchar los
gritos
De las claras realidades
Parados en la plaza
Oímos hablar a las banderas
Sus eternos salmos
Como si fueran nuestros
Y los labios se nos mueven
Con la fuerza propia
De la luz de los mortales
Una
bella melodía
Una bella melodía es
Eso solamente:
Una bella melodía
Cuerpo de Dios
Sin puertas ni pestillos
Quien sabe
Sobre el asfalto húmedo
Y con nombre propio
De trueno sin ser trueno
Un coro grandioso
Por las calles
Voz en cuello
Frente en alto
Y palomas mortificadas
Por las consignas
Que le atraviesan sus vuelos
Una bella melodía es
Eso solamente:
Tu voz y otras voces
In crescendo por encima
De los techos y ventanas
Como bálsamo
Para la ciudad mugrienta:
Sobre todo
Con los padres de la patria
Tremendamente sordos
(O ansiosamente sordos)
(O más sordos que una mula)
Huella clara sobre el barro
A
pesar del viento y la marea
De
los dueños con dueño y los dueños verdaderos
De
los medios deseos de la media palabra de la media nada
De la
pereza irrestricta de los huesos
De
los desertores que tejen sus razones y
Pierden
sus vergüenzas
Contra
la displicencia recóndita de los nuestros
Los
paños menores de los fariseos
Las
manos sin voz y los labios sin oídos
Las
ascensiones del camino con el vientre
Los
calendarios celestes de paisajes eternos
Equivocadamente
A
pesar de todo ya nos hacemos adultos
Con
ganas de abrir el futuro colectivo
Entre
arroces blancos
Manantiales
verdes
Y
mamíferos rojos frecuentemente proscritos
A
favor tenemos
Los
días y las noches de los barrios
Los
surcos enteros de las campiñas
La
mejilla sonrosada de inocencia
La
mirada limpia de los hijos
Los
deseos de aprender como nunca antes hemos vivido
La
razón acorazada de los tiempos
El
puquio inagotable de la historia
La
huella clara sobre el barro
Las
voces proteicas
El
cuerpo que aletea
Semilla
En memoria de Jesús Páez
Nos
ha llegado la noticia más rápida que el correo
Tuviste
un hijo. Varón es.
Nació
al caer la noche sobre las cordilleras
Se
llama igual que su padre
Así
lo convinieron todos en una reunión de tragos
El
niño no sabe lo que eso significa
Pero
lo entenderá más tarde cuando tenga edad
El
nombre de su padre tiene más de cinco letras del alfabeto.
Ya lo imagino jugar
en el patio de la casa
No lo
dejes salir desde temprano.
Las heladas de Agosto. Pónle guantes y poncho de
lana
Apenas
puedas le enseñas de su padre
Le
explicas así tengas que voltear el bolsillo del mundo.
Cuéntale de su vida.
Tendrás
que explicarle lo que es vivir
Escoge
entre los vivos conocidos a los que de veras viven.
Encontrarás muchos ejemplos
si lo haces con alegría.
Cuando coma el primer bollo ríe con él
Hasta
la hora de la siguiente comida si es posible
No te
olvides
Que
se entere desde pequeño de la relación vital
con las cosas simples.
Que goce de
la risa o las comidas.
Y de los hechos y de los sueños
Si
enferma del estómago le das agüita de anís o apio.
Si cae al caminar y llora
enjúgale las lágrimas
Acaricia
sus mejillas
Anímale
diciéndole que su padre fue el hombre más feliz
en doscientos kilómetros a la
redonda
Jamás
vivió con el cuerpo a cuestas
Encontró
un puquio de agua cristalina a su costado
Un
día no pudo regresar a casa
No lo
dejaron otros hombres que quieren convertir su infelicidad en gozo.
Tú lo sabes.
Todos tenemos la posibilidad de comprender algún día
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