HUELLAS EN EL BARRO...Martín Mendo

  Estos tiempos Recuerdo mi abundante cabellera lacia sobre mi frente, en el siglo pasado; pero allí está, siempre presente el espejo para mostrarme todos los días que el tiempo no pasa en vano. Sobrevivo en la tercera década del milenio, con una naturaleza que ha recobrado bríos y se ha apurado en hacer crecer el hielo sobre los polos de la tierra y sobre las cordilleras del mundo. En el planeta han reverdecido los bosques y   la fauna se ha multiplicado, sin necesidad de un pacto verde, ni un acuerdo de París. Algunas especies ingresan a las ciudades por las noches a reclamar los territorios que antes fueron de sus antecesores. La tercera parte de la población de humanos, que aún se mantiene en pie,   insiste en sus proyectos estratégicos de repoblamiento de la tierra y de la colonización de otros planetas. Los científicos buscan y no encuentran la piedra filosofal. En tanto, las estaciones climáticas han variado de sentido y el otoño es seguido por la primavera. El sol, a lo lejos

  La vida es un libro abierto a todos los colores La vida es un libro abierto con ilusión a los caminos de la escritura  Un cuadro de colores infinitos en el ojo de la pandemia Una medalla dorada en el cuello de una jirafa enamorada   Escribimos de los caminitos de Huancayo rociadito de retamas Con lenta prosa de caballo de paso en un baile de marinera Con la rapidez del verso antes de la caída de las hojas   El libro crea paisajes distantes del esquivo Mar de los Sargazos Con párrafos de pasos medidos o desbocados Con inicio de ansias locas e incierto final   Asoma siempre a la existencia con timidez a flor de piel De palabras en papeles de vistosos colores Entre fronteras con márgenes y sangrías protocolares   El formato tiene hojas blancas y páginas circulares Con momentos acotados por la prisa De las caídas de los eternos muros de Berlín   Una buena lectura espaciada con un buen café Abre la maravillosa caja de pandora de cada quien Para mostrar sin miedo las sorpresas del mago de