HUELLAS EN EL BARRO...Martín Mendo

Lola Ya sé que no usas simulaciones como estrategia de sobrevivencia, por eso tu mirada de hoy al momento de dejarte me hizo pensar en la urgencia de solucionar tu lucha permanente con la soledad. Caramba Lola, cada vez que me extiendes la mano, como es tu forma de pedir que te acaricie, creo que debo sacarte la soledad que tienes marcada en la piel como una erisipela severa. Pero, ¿qué hacemos con la soledad sentada cómodamente, como si tú no existieras,  en la silla turca de tu cabeza? Celebraciones íntimas En la  mañana del sábado estuve con Lola retozando en el  jardín, escuchando sus gemidos y acariciando sus engreimientos.  Compartimos una torta instantánea de pescado y arroz al mediodía. En la tarde tuve que dejarla triste y solo me llevé su mirada desconsolada  al salir a  tomar un café y un helado en medio de un paisaje de flores rojas y playas de arenas doradas por el sol del atardecer. En la noche calurosa del verano, de regreso a casa encontré a Begon

Soy tú Para ti, en circunstancias comunes y sin culpas Existes Libertad en una azucena de corola con pistilo entusiasta Apareces en el instante  inicial de la madrugada Con el íntimo néctar que guardas ansiosa para celebraciones especiales Existes azucena con la lumbre de la libertad de tu mirada soñadora Acariciada por la mía en el momento de complejas valoraciones intensas Apareces en medio del silencio del alba y de las incertidumbres cotidianas Y del canto de pájaros y gallos orgullosos anunciando el nuevo día En ese paisaje soy un pequeño colibrí peregrino Apenas un anacoreta frente al néctar en mesa vestida de manteles lujosos Soy el entusiasmo mutuo en el resplandeciente clima de la aurora De tu libertad de corola blanca y pistilo rojo ardiente de vida celeste Soy el lienzo blanco de Van Gogh El instante inicial de la madrugada alejada de crepúsculos En espera de pinceles en busca de secretos insondables y provocativos Soy

X Sentidos El aroma del café pasa desapercibido silenciosamente cuando conversamos con ojos complacientes de un tema diferente al que nuestros labios dicen y nuestros oídos escuchan sin entender. La despedida y los caminos opuestos disipan el aroma… y la conversación silenciosa reposa en la mesa, posiblemente, en espera de un nuevo café . XI Entre cuerdas La imaginación era lo único que le quedaba como realidad. Había perdido en sus negocios pero se sentía tranquilo porque se arriesgó y sabía que si no lo hacía igual hubiera perdido. Además del dinero y las propiedades perdió a su esposa y a sus hijos por la decepción que les había causado. Día a día, en soledad durante las 24 horas, saltaba con imaginación entre las cuerdas de las dimensiones cuánticas buscando alegrarse con los descubrimientos de vidas paralelas. Casi como un aprendiz de ajedrez fue ganando experiencia pero un día inesperado tuvo un movimiento en falso y no pudo regresar de la octava dimens